sábado, 29 de enero de 2011

La Oracion


La oracion es un dialogo entre Dios y su pueblo, en especial con los miembros de su pacto.

Jesús oro en casi todo momento, especialmente en los momentos cruciales, incluido el momento cuando iba a hacer la elección de los 12 discípulos. Jesús tenía una intensa vida de oración, dejándose así guiar por el Espíritu Santo.

En Lucas 3:21,22 nos dice: Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.

En ocasiones Jesús oraba en voz alta, para el beneficio de los presentes y para que los incrédulos creyeran en que el era enviado de Dios.

En Juan 11: 41,42 nos dice: Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.

Los discípulos mismos vieron lo importante y poderoso que era el Orar, que como buenos seguidores de Jesús, le solicitaron que les enseñara a orar y el como buen y real Maestro accedió a esta petición, esto quedo registrado en la Biblia.

En Lucas 11:1 nos dice: Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.

Algo que debe todo creyente tener en cuenta es que la oración no se hace para llamar la atención de un grupo pura y simplemente, tampoco debemos hacerlo para impresionar y creernos los Súper MC (Mejores Cristianos), más bien el mismo Jesús recomendaba una oración en intimidad absoluta con Dios.

En Mateo 6:5,6 nos dice: Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Algo a tener muy en cuenta, es que Dios no esta obligado a contestar ninguna oración, esto lo digo porque muchos hemos caído en el error de confundir la oración, que es una conversación con Dios; a una nota de pedido a un suplidor de algún servicio o producto.

Todo creyente debe mas valorar la comunión con el Padre celestial, que las peticiones que le podamos hacer.

Una muestra de que las oraciones no siempre deben ser complacientes, lo vemos en el episodio donde Cristo solicitaba al Padre pasar de el esa copa.

En Mateo 26:39 nos dice: Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.

Jesús deseaba que pasaran esa copa de el; evidentemente el no la quería, pero el depuso su deseo y le dijo al Padre que sea como el decidiera. El problema de nosotros es que oramos al Padre Celestial, pero queremos que el decida siempre a nuestro favor o conveniencia.

El mismo Pablo había orado tres veces para que le fuera quitado el Aguijón en la carne. Pero Dios no dio la respuesta que el quería, sino mas bien encontró consuelo en la gracia de Dios. Dios entendía que si complacía a Pablo, este podría enaltecerse y con esto caer en perdición.

En 2 Corintios 12:7, 8,9 nos dice: Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia;

La única condición existente para recibir respuesta de una oración es la fe. Nótese que decimos respuesta, no decimos que siempre se cumplirá lo que pedimos sino que Dios responderá a través de la fe que depositemos en la oración. La oración con formalismos y sin fe, no pasara de ser un discurso vacío, en donde el que ora solo terminara más cansado y con deseos de tomar agua.

Lo esencial en la oración es el dialogo que podamos tener con Dios, y la comprensión de la respuesta que Dios nos de, estará íntegramente relacionada al conocimiento que tengamos de Dios.

La oración nos conduce a una mayor comunión con Dios y un mayor conocimiento de su voluntad.

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